Compartimos once años de nuestra vida. Cada septiembre era un continuo recomenzar, desde los tres añitos, con la Hermana Carmen Sagasti hasta la adolescencia de granos y flequillos en forma de cascada con la señorita Nati. Era un "volver a empezar" estable y seguro, eso sí. No había cambios. Las niñas avanzábamos en bloque de 44-45 por los cursos de la EGB sin mayor problema. La A separada de la B siempre, alguna repetidora, alguna incorporación nueva, pero en esencia, las mismas niñas.
Son años que, sin embargo, no consigo clasificar del todo bien. El Instituto fue la apertura del cascarón (cómo eché de menos el uniforme de lentejilla, por dios, qué fácil resultaba tener decidida la ropa por las mañanas). ¿Lo mejor? El ambiente distendido, las primeras salidas, el futbolín del Reta, colarme en Reverendos, mi primer amor y sus manos con olor a gominola de regaliz... La universidad me pilló ya a medio camino de una madurez que llegó, quizá, demasiado temprana. Los años de la carrera fueron años bonitos, muy bonitos. Pero el cole... el cole queda lejos... me lleno de recuerdos que no consigo ordenar del todo bien. Felices, eso sí, sin ninguna duda. Y ahora, en este momento, muy presente en las caras de Virginia, Beatriz, Estela, María, Cristina, Cristina, Cristina (tres, sí, y faltaba alguna), Berta, Sara, Sofía, Humildad, Ana María, Silvia y Sandra.

Así que este inicio de semana estoy un poquito revuelta. Mis precipicios son más grandes reflejados en las vidas de mis ex-compañeras pero también mis logros se me hacen más reales. El balance de estos años es muy positivo, mucho. Y ahora, casi casi puedo verme en la habitación, frente al poster de George Michael, intentando imaginar qué sería de mi vida, escuchando (a oscuras) esta canción. Tiernita que está hoy una.
Virgina y Beatriz se tomaron muchísimas molestias para intentar localizarnos a todas y no ha debido ser tarea fácil. Espero que no pasen tantos años antes de que volvamos a vernos todas!... sobre todo porque dentro de 20 años ya tendremos... oh dios... No... no puedo proyectarme tanto... no puedo...!!
;)
2 comentarios:
Bea, me ha entando tu relato, sobre todo porque me ha traído recuerdos muy parecidos de aquellos tiempos de gominolas y regalices de palo. Muy bien contado.
Tremenda ilusión encontrarte aquí! Y eso que te tengo en mi Reader, que muy soy fan de Allendegui y que te sigo, te sigo (aún me estoy riendo con la definición de "legaña" de tu peque)
Un beso enorme desde Madrid!
Publicar un comentario