El nacimiento de Tolo llenó los días de ilusión (ilusión ni de las grandes ni de las pequeñas, una ilusión medianilla, todo hay que decirlo). Era canijín. Apenas ocupaba ni tiempo ni espacio y la verdad, en aquellos primeros días de vida, prometía alegrías mil.
Tolo fue un estupendo regalo. Su padre se volcó en él. Le vestía, le aseaba. Se pasaba horas jugando con él. Invitaba a amigos a que visitaran a su retoño, se le llenaba la cara de orgullo al presentarle el sociedad. Incluso le apuntó a un club analítico.
Ella seguía de cerca los progresos de Tolo, pero permanecía un poco ajena a su vida, viendo - con una sonrisa en el rostro, eso sí- cómo su padre le nutría, le engordaba y luego analizaba todos los progresos del pequeño Tolo. El padre se pasaba horas así... al principio, muchas. Después... menos... y al final, ya apenas ninguna.
El tiempo fue pasando y Tolo quedó abandonaíto en un rincón, relegado, por cuestiones de la vida. Para entonces, Tolo había aprendido a funcionar solo, a ser independiente, a no demandar ningún tipo de atención y era capaz de vivir del aire.
La tragedia llegó el día en el que su madre adoptó una gata. La tal Flora llegó a casa, miró de reojo a Tolo, le bufó y le arañó en un ojo. Ella, lejos de reñir a la gatuna, exclamó: ¡Flora... Ésa es la solución!. Y sin pensarlo un segundo más, cogió a Tolo, lo seleccionó y lo deleteó. Sin previo aviso, sin anestesia, sin llamar al padre siquiera para que se tomara una cerveza viendo la ejecución.
To'logordo murió olvidado, sí, pero vivió dos añitos felices y procuró risas y emociones varias. Y por todo esto, aquí va su oración: "To'logordo: te quisimos un poquito, te olvidamos al ratito y te matamos entre los dos: tu padre con el olvido y yo dándole al botón. Descansa en paz, ahí, en el cielo de los blogs muertos"
1 comentario:
Llegaste a este mundo de forma casual, debido principalmente a la necesidad que teníamos tus padres de probar. Y así, probando, descubriendo, casi a oscuras para evitar la vergüenza de fracasos pasados llegaste a nuestras vidas.
Viendo el interés inicial que tuviste empezamos a medir como crecías. De ahí tu nombre....
Ahhh que gratos momentos nos diste, cuando vimos tus primeras curvas, como crecían las condenadas (de ahí tu nombre)!!, como padre estaba orgulloso, pero tu madre... ay tu madre!!, ella quería una niña, una preciosidad con la que compartir sus confidencias.... maldita gata!!
En fin, Tolo, sobrabas, le dabas mal nombre a tu hermanastra, y como Lilith, tu madre acabó contigo.
Tus alas ya estaban desplegadas y volabas libremente, yo sabía que estabas ahí, para conectarme contigo cuando te necesitara.
Pero como Icaro, volaste alto, hiciste sombra y eso no gustó. Una tarde de invierno (podría haber sido perfectamente por la mañana... pero le da más dramatismo), la cera de tus alas se derritieron, y caiste. vamos que tu madre te liquidó.
La condenada, me lo soltó un día que estaba de buen humor, a quemarropa: He acabado con
to´logordo, lo he desconoectado de las máquinas que lo sustentaban!!.
Tuve que sumergirme en litros de cerveza (tu madre también le pega...) y media hamburguesa "Fat Bastard" con doble de todo, para olvidarme de la pena.
Y mientras que tu madre me siga pagando las cerves... lo siento por ti Tolo.. pasarás al olvido.
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