sábado, 23 de mayo de 2009

Pedo al curry

Pelín escatológica, sí, lo reconozco. Pero es que una semana después de haber aterrizado en Barajas mis fosas nasales siguen anestesiadas con los hedores en Londres. Todo tiene una razón lógica, sin irnos a las costumbres higiénicas de los británicos: Han impuesto de manera radical la ley contra el tabaco. Ole, ole y ole. Lo que no nos hemos atrevido a hacer en España ya se disfruta (se disfruta, sí), fuera. Así es que no sales de las discotecas con el pelo ahumado y la ropa apestando a tabacazo y degustas la comida en los restaurantes sin miedo a que alguien encienda un cigarrito justo a tu lado. Un lujo. Y ese café sin humo, por favor, qué rico... Tiene su parte negativa, claro. Una discoteca a las dos de la mañana es una mezcla bárbara de olor a pies, sobaquillo y gases. "Huele a curry", afirmó una. "Huele a pedo al curry", confirmó otra. Pues sí, pues sí. A eso huele Londres a partir de las 12 de la noche.

Un compi de trabajo me comentó que en Bruselas ya, conscientes del problema, están utilizando un spray con olor -¿a rosas? ;)- que matiza y disuelve los malos olores. Que alguien avise a los dueños de los pubs y discotecas inglesas, por favor, que mi naricilla sigue arrugada todavía...

Londres se me ha acumulado en las suelas de las botas en forma de unos cuantos kilómetros, en estupendísima compañía. Mmmmmm. Hacía casi tres años que no pisaba esta ciudad. Yo creo que el atracón de quince días (quince días de atasco y agotamiento cerebral, todo hay que decir) que me metí a finales de julio del 2006 me hicieron guardar este destino en una caja con etiqueta de "dejar respirar", pero el reencuentro ha sido muy bonito. Londres sigue siendo mi ciudad. Y hace frío, sí, el cielo es gris, sí, y los londinenses son muy brutos (eso de que tengan vigilantes en las discotecas camuflados entre la gente es un poquito llamativo. Y es que se lían a guantazos con una facilidad....!), pero sigue haciéndome sentir muy bien. Sigue siendo muy especial.
Este fin de semana me ha devuelto otra vez la sensación de que el tiempo pasa. La primera vez que llegué a Londres lo hice para trabajar de au-pair, sin saber inglés y sin haber salido nunca del nido que es mi casa en Pamplona. Y me marcó, aquella experiencia me marcó. Viví Londres desde el ahorro, explotando las libras al 100%. Utilizando todos los descuentos que pillábamos y todas las tretas que conocíamos. Recuerdo estar esperando a que dieran las cinco de la tarde, muertas de hambre todas (salía con un grupo de un montón de au-pairs de distintas nacionalidades realmente simpático), sentadas en un bordillo en una calle de Camden. A esa hora, el domingo, liquidaban toda la comida del mercadillo, y los donuts y muffins pasaban a la oferta de "3x1 libra". Y qué rico sabía todo conseguido tan baratujo.
El fin de semana pasado fue diferente. El objetivo era pasear, descansar, desconectar y quemar la tarjeta. Al final yo solo sucumbí a la tentación de comprarle tres cuadros de Bansky (en cuanto los cuelgue les saco una foto. Estoy feliz, feliz con esta compra) a un señor muy risueño que los vendía en Notting Hill, el sábado. El domingo me lo encontré en Spitalfields y volvió a sonreír de oreja a oreja. Qué encanto de señor.

Como descubrimiento de esta visita a Londres destacaría Simurgh en Covent Garden, el primer restaurante persa en el centro de Londres. La comida, riquísima y la atención, exquisita. El camarero nos regaló un servicio llenito de sonrisas, y alguna se quedó más que encantada ;)

Bueno, voy a ver si me centro en mi objetivo del fin de semana: Decidir destino para mis vacaciones. ¿Semana de relax? ¿Gran ciudad? ¿Costa croata finalmente? Mmmmmmm... A ver qué decido... a ver...

jueves, 14 de mayo de 2009

Revival

He vuelto al gimnasio. Hacía ya tres semanas de mi esguince-lateral-externo (salía de una reunión, recibí un mensaje, me falló la pierna y me fui al suelo. Todo uno. Todo un show) y hoy al mediodía me he lanzado otra vez a la clase de Combat. Un gusto, un gusto enorme. No es lo solo que sudas, la adrenalina que descargas y las calorías que quemas con música genial a tope. Es tener delante durante 45 minutos a un ser absolutamente divino, sudando y moviéndose como un ángel. Estoy convencida (papi, si estás leyendo esto, desconecta ya) de que el 70% de las féminas que acudimos a clase con Gonzalo fantaseamos con él. Y eso que la clase son puños y patadas y descuartizamientos en plano irreal, vamos, que si fuera una clase de salsa, el pobre salía con la cadera desgastadita perdida.
El chico ha sido el tema estrella durante la comida que ha seguido a la clase. No es que tenga un cuerpo espectacular (que sí, desde luego). A mí nunca se me han ido los ojos hacia el más guapo, la verdad. Recuerdo que esto me lo solía preguntar mucho mi ex: "¿Te habrías fijado en mí si me hubieras conocido en un bar?, ¿Te habría llamado la atención yo de entre todos mis amigos?" Este chico se rodeaba de niños bastante guapos (algún aspirante a modelo incluso) y mi respuesta no variaba: Me habrías llamado la atención tú, seguro que sí. Y él se ponía tontorrón y sonreía, :)
Es cuestión de inteligencia. Y no de inteligencia de premio Nobel. De inteligencia de saber responder miradas, de encauzar tonos, de emitir en la misma frecuencia. De que las cosas se deslicen fáciles, de descubrir cómo encajan piezas de vidas en un mismo puzzle. Complicadísimo, sí, muy muy muy complicado. Hace poco lo discutía con mi buen amigo Carlos. Para él, una chica cuando conoce a un chico piensa en: Dinero, Cuerpo e Inteligencia. A mí, al escuchar esto, se me salieron, primeros los ojos, después las uñas y los dientes. Vale que sí, que puede haber chicas que sí (conozco a más de una) cuyo interés vaya por ahí. Pero no se puede generalizar y si hay que quedarse con una de las tres variables, yo apuesto por la inteligencia.
¿Qué tendrá que ver esto con el profesor de Combat? Mmmm... Hay muchas maneras de ver si alguien es más o menos brillante. Y este chico coordina todos los ejercicios con la música como nadie (¿demasiados años en el Holiday Gym sufriendo profesores tirando a malos?). Controla los movimientos justos del cuerpo con la intensidad de los golpes rítmicos. Pone cara de fiera en el instante en el que pega. Y regala sonrisas justo cuando debe. Y así nos tiene a todas, locas perdidas.
Esto es una especie de revival. Recuerdo a un profesor de Combat (Aerobox en aquel entonces) que me hizo desarrollar músculo y me convirtió en una de las princesas herederas en clase. Luismi, se llamaba. Chiquitín, morenito, guapo y simpático. "Me das miedo", decía al ver cómo me desenvolvía con las patadas y los puñetazos. "¿Cómo ha ido?", preguntaba al final de la clase. Y yo jamás le respondí más de dos palabras... Y mira que me gustaba, me gustaba una barbaridad. Era una tentación con sonrisa perfecta y timidez exquisita. Y jamás me paré a pesar de que se me aceleraba el corazón cada vez que me chocaba con él en las escaleras. Pero en aquellos tiempos yo solo quería tener ojos para el chico que era mi pareja, al que, una vez terminada la clase de Aerobox, le daba la mano para pasear por la Gran Vía hasta casa.
He tenido, por un segundo, la sensación de haber perdido el tiempo, pero he vuelto rápidamente a mi ser. El segundo de duda ha dibujado un "¿Y si hubiera devuelto a Luismi sonrisas en vez de bufidos?", pero no, no. Sigo pensando que hice lo que tenía que hacer, que era básicamente lo que me pedía el cuerpo. Coger aire, pasar (de)lante del chico y asirme de la mano que me llevaba a casa.

Hoy hay cosas que han cambiado. Los años no pasan sin dejar huella y somos la suma de anécdotas acontecidas día tras día, somos la suma de dolores, la suma de felicidades, la suma de sueños y de anhelos. Juraría, de todas maneras, que si Gonzalo me propusiera una cita y tuviera novio, le diría que... Le diría que... no? Le diría que no...? Mmmm... Que no, que no, le diría que no. :)

Me voy a la cama. Sí, son las nueve de la noche, pero a las seis cojo un avión. Mañana desayuno en Londres!

Felices sueños

domingo, 10 de mayo de 2009

Un alguito original?

No es solo que los pimientos críen pelusillas en el frigorífico, o que la carne se convierta en una masa infecta podrida sin que te des cuenta. Es encontrarte notitas e impedimentos a la hora de reservar unas vacaciones, como la frasecita que te lanza Atrapalo.com si intentas averiguar el precio de unas vacaciones para una persona sola.

Atención: La distribución de pasajeros en habitaciones no es correcta.

Todos los pasajeros (excepto los bebés hasta 2 años sin cumplir) influyen en la distribución.


Intentar hacer las cosas solo (sola en este caso) a veces resulta complicado. Me queda poco más de un mes para dejar de acudir a la torre por unos días. Mes y medio, concretamente. Necesito coger aire y salir de Madrid, pero aún no he decidido destino. Ni idea, es que no tengo ni idea. Llevo todo el fin de semana buscando ideas originales, pero qué va, Google no me devuelve nada que me despierte ganas. Tengo un plan B, eso sí, al que me puedo apuntar sin problema (siete días recorriendo la costa croata, que no suena nada mal) pero quiero ver si me apetece algún otro plan. Y quiero un algo así como un huevo Kinder pero en plan de vacaciones. Ummmm. Quiero una ciudad grande que me permita caminar y perderme. Una semana sola va a hacer que necesite una enorme ciudad que descubrir y que me agote físicamente. Nueva York es la ciudad perfecta, pero no voy a ir por tercer año consecutivo, vamos, me niego. No sé... tengo que pensarlo... Hoja en blanco otra vez :)


De momento, pequeña escapada para abrir boca. El viernes estaré paseando por mi adoradísima ciudad de Londres... En julio hace tres años desde la última vez que fui y me muero por caminarla, por recorrer los rincones de esta ciudad que tanto, tantísimo me gusta...

martes, 5 de mayo de 2009

Noche loca. Curiosa. Raruna.

- Te pareces a la cantante de Texas

Ésa fue la frase. Ahí estabamos, como niñas pequeñas con cara de haberse colado en una fiesta de mayores. Igual. Envalentonadas por el alcohol, el rímel y los tacones, eso sí. Rodeadas de gente curiosa y cuadros de mujeres con los pechos desnudos. Flotando entre notas de jazz en un segundo piso en la calle Doctor Cortezo, con entrada restringida. La noche sabía a prohibido por todas partes.

- ¿Me das un sorbito de tu bebida?
- Claro. Es Brugal con cocacola.
- Mmmmm, me gusta el sabor

Yo seguía ensimismada. Quizás las sustancias que desfilaban por las habitaciones tenían la capacidad de volar por el aire y estaban llegando a mi riego sanguíneo en cada inspiración, no sé, puede ser. También puede que la botellita de vino rico que Marta y yo nos bajamos en la cena ayudara, pero la noche habia empezado tan mal... pero tan tan tan mal... Entramos en El Original temblonas y con lágrimas amenazando tormenta (nos ahorramos los detalles porque son tristísimos) y al final aparecimos con una media sonrisa en el Café Galdós, donde nos esperaban Maribel&Manolo. Y de ahí ya, con Quique (O Kaik, no me aclaré), nos "colamos" en el piso de los cuartos comunicados, con sofás y alfombras del año pum y copas a 11 euros.

- Cierra los ojos un segundo
- ¿Qué vas a hacer?
- Confía en mí

Y no, no, no. Eso que dice Katy Perry de "Us girls we are so magical. Soft skin, red lips, so kissable. Hard to resist, so touchable. To good to deny it" pues bueno, habrá a quien le valga, evidentemente, desde luego. Y vamos, estupendísimo que me parece. Pero a mí, qué quieres, a mí dame una barba, un bigote incluso, dame un susto con forma de bulto en el pantalón....! ¿Mi reacción? Primero, escupir el líquido que la de Cádiz acababa de propulsar desde su boca (que buena soy yo para según qué cosas) y después, un ataque de risa brutal. Delante de la cara de la chica, que juraría se llevó en el maquillaje parte de la ducha de lo que fuera que estuviera bebiendo...

Volviendo a casa, Atocha ya amanecía. Apoyada en la ventana del taxi, me vino a la mente la escena final de la película Shortbus. Quién sabe cómo acabaron los de la Calle del Doctor Cortezo... quizás de la misma manera... El sonido anda un poco desajustado en este video, pero la escena es increíble. Aquí la dejo, :)

(Y desde el domingo, escuchando, religiosamente, "Summer Son" y su Before you take my heart reconsider, before you take my heart reconsider. I've opened the door, I've opened the door...)

viernes, 1 de mayo de 2009

Tele, sofá y domingo. Mmmmm. :)

Qué susto el señor de Amnistía Internacional en Spotify. Por dios. Debería ir a que le revisaran las cuerdas vocales. Seguro que es impostado, y sí, evidentemente "lapidación" y "pena de muerte" suenan muchísimo más horribles cuando te las disparan con voz de ultratumba, pero qué quieres, el asunto no me encaja nada entre George Michael y Lily Allen. Casi tiro el vaso de agua, no digo más.

(Suena "There's just one thing that's getting in the way, when we go up to bed you're just no good, Its such a shame. I look into your eyes I want to get to know you and then you make this noise and its apparent it's all over..." Me hace tanta gracia esta canción...)

Los nuevos triunfitos corretean por la pantalla en este momento. Unos entran, otros no, todos se emocionan y gritan y lloran. Yo jamás serviría para un algo así. Y por algo así entiendo "exhibición pública de sentimientos". Es que el programa parece un zoco de alquiler, venta y permuta de lágrimas y risas dientecondiente... Será que los años me vuelven más dura, más excéptica, no sé, el asunto es que programas que antes me hubieran poseído de los pies a la cabeza hoy en día me producen vergüenzas y cabreos varios. Sí, sí, la edad, va a ser eso :)

Y tiene gracia. De lunes a sábado me olvido de la televisión. La utilizo como voz en mi casa, como banda sonora de fondo. Los planificadores de televisión deberían empezar a contar con gente como yo, porque como audiencia somos basurilla completamente. Y eso que soy de las que de vez en cuando miro los anuncios... En fin. Que de lunes a sábado soy una consumidora pasiva de televisión, que ni me entero, ni me engancho, ni presto atención alguna. En cambio, el domingo... madre del amor... el domingo me convierto en adicta!! Y eso que adoro los domingos en Madrid... El rastro, la Latina, sus cañitas, sus tapas... mmmmm... me encantan. Pero últimamente, si puedo, prefiero tumbarme en el sofá al mediodía con el café (los fines de semana duermo sin despertador), encender la tele y dejarme llevar. Y es que pasadas las doce llega El Hombre. Con mayúsculas, vamos. Enganchadita me tiene. Y eso que hay veces que me da ascos enormes, porque la cantidad de cochinadas que hace no tienen nombre... pero ahí me tiene, toda loca.

Hablo de Bear Grylls, el Último Superviviente. Uf, qué tipo. Reconozco que es atractivo hasta decir basta y también que está un poco loco - enfrentarse a retos peligrosísimos donde te juegas la vida no habla de una mente demasiado bien amueblada- pero no sé, no puedo perderme un segundo de sus experimentos.
Y eso que yo me pregunto... ¿Me veré alguna vez perdida en la estepa siberiana teniendo que pasar una noche a 25 grados bajo cero yo sola? Pues no, seguro que no. ¿Tendré que cruzar un río helado para salvar la vida? Pufff... lo dudo enormemente, con esta vida de urbanita que llevo, vamos. ¿Me veré con la necesidad de despellejar a un oso para utilizar la piel y hacer un trineo? ¿Tendré que matar a una tortuga para no morir de hambre? ¿Tendré que buscar un árbol con liquidillo blanco que lamer para quitarme la fiebre en medio de la selva? Pues no, no y no. Pero cómo me enganchan las aventuras de este guapísimo británico...

Y luego, para rematar, La Leyenda del Buscador. Yo es que siempre he sido muy de brujas y hechizos, y pócimas y hombres malos sedientos de poder... "Embrujadas" me tuvo pendiente muchos episodios. Tres hermanas con poderes y demonios que matar, para qué quería yo más... Así es que ahora los domingos por la tarde se me van detrás de un "Buscador de la verdad" y su "confesora", de aventura en aventura en un mundo de fantasía.

Releyendo el post, la conclusión superficial y divertida es que me encantan:

1- Los tipos locos
2- Las historias irreales

Y claro, ahora lo entiendo... Así me va... así me va...!!