sábado, 14 de noviembre de 2009

domingo, 14 de junio de 2009

Un señor ronca cerca, ;)

Mis hábitos a la hora de dormir han mutado y me he convertido en un ser egoísta y raro. Me molestan el calor y los ruidos. Todos los ruidos: guturales, nasales y de escenario (léase pasos en el pasillo, televisión de fondo, etc etc). Como ya voy siendo mayor, he aprendido técnicas (ejem, sí, se aprenden) para evitar este tipo de molestias y he convertido mi cama en un pequeño castillito donde todo es paz y el silencio, donde yo soy mi reina mora.

El asunto es que me ha salido un ser roncador cerca. Alguien se traga el aire a trozos y lo expulsa zarandeándolo contra la campanilla. Y no, no duerme en mi cama. Ni en mi casa siquiera. Es un vecino al que todavía no he conseguido identificar. Esta noche sentía que los ronquidos se deslizaban desde un piso superior, a través del patio. También mi cerebro ha determinado que mis oídos son su sitio de destino. Es como si descendieran por la pared buscando mis tímpanos. Vamos, que tiene bemoles el asunto. Protejo mi guarida, me tomo todo tipo de molestias... y aun así... sufro igual!! Ag!



jueves, 4 de junio de 2009

Yo quiero un novio rico... (por si acaso)


Aseguran 
Thomas Pollet y Daniel Nettle, psicólogos evolutivos de la Universidad de Newcastle, que cuanto más dinero tiene una pareja, más orgasmos disfrutan. Van más allá. Afirman que "el orgasmo femenino es una adaptación evolutiva que permite a las mujeres elegir y retener a parejas de ‘alta calidad’." La noticia unos párrafos después salta a David Buss que afirma que los orgasmos femeninos "promueven en la mujer una ligazón mayor con el macho de ‘alta calidad’ (y dale con el conceptito) o podrían servir como una señal para el varón de que la mujer está satisfecha sexualmente, y en tal caso poco predispuesta a buscar sexo con otros hombres. Según este  psicólogo, lo que dicen esos orgasmos es ‘Seré fiel, de manera que deberías invertir tu tiempo en mí y en mis hijos’". 

Es decir, que a más ceros en la cuenta corriente ¿más aullidos a media noche? ¿Y de dónde salen las fantasías con el fontanero, el albañil y el cartero? ¿Han trabajado los cineastas el asunto para que no descubramos que somos todas unas cazadoras de carteras abultadas encubiertas? Y todas aquellas chicas que jamás han llegado al orgasmo... ¿qué pasa con ellas...? ¿Serán incapaces de cazar un millonario? Y las mujeres de alta cuna y millones de euros en el bolsillo, están condenadas al mundo de la no-felicidad física?

No le veo mucho sentido al asunto, pero me ha llamado la atención al mediodía (yo andaba investigando hábitos de los usuarios del dating en España)... Ya me veo incluyendo la nota en todas las webs de dating (por trabajo, por trabajo) en las que ando metida: Estudios universitarios, simpaticona, me gusta viajar... y grito mogollón.

Anda que... ;)

sábado, 23 de mayo de 2009

Pedo al curry

Pelín escatológica, sí, lo reconozco. Pero es que una semana después de haber aterrizado en Barajas mis fosas nasales siguen anestesiadas con los hedores en Londres. Todo tiene una razón lógica, sin irnos a las costumbres higiénicas de los británicos: Han impuesto de manera radical la ley contra el tabaco. Ole, ole y ole. Lo que no nos hemos atrevido a hacer en España ya se disfruta (se disfruta, sí), fuera. Así es que no sales de las discotecas con el pelo ahumado y la ropa apestando a tabacazo y degustas la comida en los restaurantes sin miedo a que alguien encienda un cigarrito justo a tu lado. Un lujo. Y ese café sin humo, por favor, qué rico... Tiene su parte negativa, claro. Una discoteca a las dos de la mañana es una mezcla bárbara de olor a pies, sobaquillo y gases. "Huele a curry", afirmó una. "Huele a pedo al curry", confirmó otra. Pues sí, pues sí. A eso huele Londres a partir de las 12 de la noche.

Un compi de trabajo me comentó que en Bruselas ya, conscientes del problema, están utilizando un spray con olor -¿a rosas? ;)- que matiza y disuelve los malos olores. Que alguien avise a los dueños de los pubs y discotecas inglesas, por favor, que mi naricilla sigue arrugada todavía...

Londres se me ha acumulado en las suelas de las botas en forma de unos cuantos kilómetros, en estupendísima compañía. Mmmmmm. Hacía casi tres años que no pisaba esta ciudad. Yo creo que el atracón de quince días (quince días de atasco y agotamiento cerebral, todo hay que decir) que me metí a finales de julio del 2006 me hicieron guardar este destino en una caja con etiqueta de "dejar respirar", pero el reencuentro ha sido muy bonito. Londres sigue siendo mi ciudad. Y hace frío, sí, el cielo es gris, sí, y los londinenses son muy brutos (eso de que tengan vigilantes en las discotecas camuflados entre la gente es un poquito llamativo. Y es que se lían a guantazos con una facilidad....!), pero sigue haciéndome sentir muy bien. Sigue siendo muy especial.
Este fin de semana me ha devuelto otra vez la sensación de que el tiempo pasa. La primera vez que llegué a Londres lo hice para trabajar de au-pair, sin saber inglés y sin haber salido nunca del nido que es mi casa en Pamplona. Y me marcó, aquella experiencia me marcó. Viví Londres desde el ahorro, explotando las libras al 100%. Utilizando todos los descuentos que pillábamos y todas las tretas que conocíamos. Recuerdo estar esperando a que dieran las cinco de la tarde, muertas de hambre todas (salía con un grupo de un montón de au-pairs de distintas nacionalidades realmente simpático), sentadas en un bordillo en una calle de Camden. A esa hora, el domingo, liquidaban toda la comida del mercadillo, y los donuts y muffins pasaban a la oferta de "3x1 libra". Y qué rico sabía todo conseguido tan baratujo.
El fin de semana pasado fue diferente. El objetivo era pasear, descansar, desconectar y quemar la tarjeta. Al final yo solo sucumbí a la tentación de comprarle tres cuadros de Bansky (en cuanto los cuelgue les saco una foto. Estoy feliz, feliz con esta compra) a un señor muy risueño que los vendía en Notting Hill, el sábado. El domingo me lo encontré en Spitalfields y volvió a sonreír de oreja a oreja. Qué encanto de señor.

Como descubrimiento de esta visita a Londres destacaría Simurgh en Covent Garden, el primer restaurante persa en el centro de Londres. La comida, riquísima y la atención, exquisita. El camarero nos regaló un servicio llenito de sonrisas, y alguna se quedó más que encantada ;)

Bueno, voy a ver si me centro en mi objetivo del fin de semana: Decidir destino para mis vacaciones. ¿Semana de relax? ¿Gran ciudad? ¿Costa croata finalmente? Mmmmmmm... A ver qué decido... a ver...

jueves, 14 de mayo de 2009

Revival

He vuelto al gimnasio. Hacía ya tres semanas de mi esguince-lateral-externo (salía de una reunión, recibí un mensaje, me falló la pierna y me fui al suelo. Todo uno. Todo un show) y hoy al mediodía me he lanzado otra vez a la clase de Combat. Un gusto, un gusto enorme. No es lo solo que sudas, la adrenalina que descargas y las calorías que quemas con música genial a tope. Es tener delante durante 45 minutos a un ser absolutamente divino, sudando y moviéndose como un ángel. Estoy convencida (papi, si estás leyendo esto, desconecta ya) de que el 70% de las féminas que acudimos a clase con Gonzalo fantaseamos con él. Y eso que la clase son puños y patadas y descuartizamientos en plano irreal, vamos, que si fuera una clase de salsa, el pobre salía con la cadera desgastadita perdida.
El chico ha sido el tema estrella durante la comida que ha seguido a la clase. No es que tenga un cuerpo espectacular (que sí, desde luego). A mí nunca se me han ido los ojos hacia el más guapo, la verdad. Recuerdo que esto me lo solía preguntar mucho mi ex: "¿Te habrías fijado en mí si me hubieras conocido en un bar?, ¿Te habría llamado la atención yo de entre todos mis amigos?" Este chico se rodeaba de niños bastante guapos (algún aspirante a modelo incluso) y mi respuesta no variaba: Me habrías llamado la atención tú, seguro que sí. Y él se ponía tontorrón y sonreía, :)
Es cuestión de inteligencia. Y no de inteligencia de premio Nobel. De inteligencia de saber responder miradas, de encauzar tonos, de emitir en la misma frecuencia. De que las cosas se deslicen fáciles, de descubrir cómo encajan piezas de vidas en un mismo puzzle. Complicadísimo, sí, muy muy muy complicado. Hace poco lo discutía con mi buen amigo Carlos. Para él, una chica cuando conoce a un chico piensa en: Dinero, Cuerpo e Inteligencia. A mí, al escuchar esto, se me salieron, primeros los ojos, después las uñas y los dientes. Vale que sí, que puede haber chicas que sí (conozco a más de una) cuyo interés vaya por ahí. Pero no se puede generalizar y si hay que quedarse con una de las tres variables, yo apuesto por la inteligencia.
¿Qué tendrá que ver esto con el profesor de Combat? Mmmm... Hay muchas maneras de ver si alguien es más o menos brillante. Y este chico coordina todos los ejercicios con la música como nadie (¿demasiados años en el Holiday Gym sufriendo profesores tirando a malos?). Controla los movimientos justos del cuerpo con la intensidad de los golpes rítmicos. Pone cara de fiera en el instante en el que pega. Y regala sonrisas justo cuando debe. Y así nos tiene a todas, locas perdidas.
Esto es una especie de revival. Recuerdo a un profesor de Combat (Aerobox en aquel entonces) que me hizo desarrollar músculo y me convirtió en una de las princesas herederas en clase. Luismi, se llamaba. Chiquitín, morenito, guapo y simpático. "Me das miedo", decía al ver cómo me desenvolvía con las patadas y los puñetazos. "¿Cómo ha ido?", preguntaba al final de la clase. Y yo jamás le respondí más de dos palabras... Y mira que me gustaba, me gustaba una barbaridad. Era una tentación con sonrisa perfecta y timidez exquisita. Y jamás me paré a pesar de que se me aceleraba el corazón cada vez que me chocaba con él en las escaleras. Pero en aquellos tiempos yo solo quería tener ojos para el chico que era mi pareja, al que, una vez terminada la clase de Aerobox, le daba la mano para pasear por la Gran Vía hasta casa.
He tenido, por un segundo, la sensación de haber perdido el tiempo, pero he vuelto rápidamente a mi ser. El segundo de duda ha dibujado un "¿Y si hubiera devuelto a Luismi sonrisas en vez de bufidos?", pero no, no. Sigo pensando que hice lo que tenía que hacer, que era básicamente lo que me pedía el cuerpo. Coger aire, pasar (de)lante del chico y asirme de la mano que me llevaba a casa.

Hoy hay cosas que han cambiado. Los años no pasan sin dejar huella y somos la suma de anécdotas acontecidas día tras día, somos la suma de dolores, la suma de felicidades, la suma de sueños y de anhelos. Juraría, de todas maneras, que si Gonzalo me propusiera una cita y tuviera novio, le diría que... Le diría que... no? Le diría que no...? Mmmm... Que no, que no, le diría que no. :)

Me voy a la cama. Sí, son las nueve de la noche, pero a las seis cojo un avión. Mañana desayuno en Londres!

Felices sueños

domingo, 10 de mayo de 2009

Un alguito original?

No es solo que los pimientos críen pelusillas en el frigorífico, o que la carne se convierta en una masa infecta podrida sin que te des cuenta. Es encontrarte notitas e impedimentos a la hora de reservar unas vacaciones, como la frasecita que te lanza Atrapalo.com si intentas averiguar el precio de unas vacaciones para una persona sola.

Atención: La distribución de pasajeros en habitaciones no es correcta.

Todos los pasajeros (excepto los bebés hasta 2 años sin cumplir) influyen en la distribución.


Intentar hacer las cosas solo (sola en este caso) a veces resulta complicado. Me queda poco más de un mes para dejar de acudir a la torre por unos días. Mes y medio, concretamente. Necesito coger aire y salir de Madrid, pero aún no he decidido destino. Ni idea, es que no tengo ni idea. Llevo todo el fin de semana buscando ideas originales, pero qué va, Google no me devuelve nada que me despierte ganas. Tengo un plan B, eso sí, al que me puedo apuntar sin problema (siete días recorriendo la costa croata, que no suena nada mal) pero quiero ver si me apetece algún otro plan. Y quiero un algo así como un huevo Kinder pero en plan de vacaciones. Ummmm. Quiero una ciudad grande que me permita caminar y perderme. Una semana sola va a hacer que necesite una enorme ciudad que descubrir y que me agote físicamente. Nueva York es la ciudad perfecta, pero no voy a ir por tercer año consecutivo, vamos, me niego. No sé... tengo que pensarlo... Hoja en blanco otra vez :)


De momento, pequeña escapada para abrir boca. El viernes estaré paseando por mi adoradísima ciudad de Londres... En julio hace tres años desde la última vez que fui y me muero por caminarla, por recorrer los rincones de esta ciudad que tanto, tantísimo me gusta...

martes, 5 de mayo de 2009

Noche loca. Curiosa. Raruna.

- Te pareces a la cantante de Texas

Ésa fue la frase. Ahí estabamos, como niñas pequeñas con cara de haberse colado en una fiesta de mayores. Igual. Envalentonadas por el alcohol, el rímel y los tacones, eso sí. Rodeadas de gente curiosa y cuadros de mujeres con los pechos desnudos. Flotando entre notas de jazz en un segundo piso en la calle Doctor Cortezo, con entrada restringida. La noche sabía a prohibido por todas partes.

- ¿Me das un sorbito de tu bebida?
- Claro. Es Brugal con cocacola.
- Mmmmm, me gusta el sabor

Yo seguía ensimismada. Quizás las sustancias que desfilaban por las habitaciones tenían la capacidad de volar por el aire y estaban llegando a mi riego sanguíneo en cada inspiración, no sé, puede ser. También puede que la botellita de vino rico que Marta y yo nos bajamos en la cena ayudara, pero la noche habia empezado tan mal... pero tan tan tan mal... Entramos en El Original temblonas y con lágrimas amenazando tormenta (nos ahorramos los detalles porque son tristísimos) y al final aparecimos con una media sonrisa en el Café Galdós, donde nos esperaban Maribel&Manolo. Y de ahí ya, con Quique (O Kaik, no me aclaré), nos "colamos" en el piso de los cuartos comunicados, con sofás y alfombras del año pum y copas a 11 euros.

- Cierra los ojos un segundo
- ¿Qué vas a hacer?
- Confía en mí

Y no, no, no. Eso que dice Katy Perry de "Us girls we are so magical. Soft skin, red lips, so kissable. Hard to resist, so touchable. To good to deny it" pues bueno, habrá a quien le valga, evidentemente, desde luego. Y vamos, estupendísimo que me parece. Pero a mí, qué quieres, a mí dame una barba, un bigote incluso, dame un susto con forma de bulto en el pantalón....! ¿Mi reacción? Primero, escupir el líquido que la de Cádiz acababa de propulsar desde su boca (que buena soy yo para según qué cosas) y después, un ataque de risa brutal. Delante de la cara de la chica, que juraría se llevó en el maquillaje parte de la ducha de lo que fuera que estuviera bebiendo...

Volviendo a casa, Atocha ya amanecía. Apoyada en la ventana del taxi, me vino a la mente la escena final de la película Shortbus. Quién sabe cómo acabaron los de la Calle del Doctor Cortezo... quizás de la misma manera... El sonido anda un poco desajustado en este video, pero la escena es increíble. Aquí la dejo, :)

(Y desde el domingo, escuchando, religiosamente, "Summer Son" y su Before you take my heart reconsider, before you take my heart reconsider. I've opened the door, I've opened the door...)