viernes, 1 de mayo de 2009

Tele, sofá y domingo. Mmmmm. :)

Qué susto el señor de Amnistía Internacional en Spotify. Por dios. Debería ir a que le revisaran las cuerdas vocales. Seguro que es impostado, y sí, evidentemente "lapidación" y "pena de muerte" suenan muchísimo más horribles cuando te las disparan con voz de ultratumba, pero qué quieres, el asunto no me encaja nada entre George Michael y Lily Allen. Casi tiro el vaso de agua, no digo más.

(Suena "There's just one thing that's getting in the way, when we go up to bed you're just no good, Its such a shame. I look into your eyes I want to get to know you and then you make this noise and its apparent it's all over..." Me hace tanta gracia esta canción...)

Los nuevos triunfitos corretean por la pantalla en este momento. Unos entran, otros no, todos se emocionan y gritan y lloran. Yo jamás serviría para un algo así. Y por algo así entiendo "exhibición pública de sentimientos". Es que el programa parece un zoco de alquiler, venta y permuta de lágrimas y risas dientecondiente... Será que los años me vuelven más dura, más excéptica, no sé, el asunto es que programas que antes me hubieran poseído de los pies a la cabeza hoy en día me producen vergüenzas y cabreos varios. Sí, sí, la edad, va a ser eso :)

Y tiene gracia. De lunes a sábado me olvido de la televisión. La utilizo como voz en mi casa, como banda sonora de fondo. Los planificadores de televisión deberían empezar a contar con gente como yo, porque como audiencia somos basurilla completamente. Y eso que soy de las que de vez en cuando miro los anuncios... En fin. Que de lunes a sábado soy una consumidora pasiva de televisión, que ni me entero, ni me engancho, ni presto atención alguna. En cambio, el domingo... madre del amor... el domingo me convierto en adicta!! Y eso que adoro los domingos en Madrid... El rastro, la Latina, sus cañitas, sus tapas... mmmmm... me encantan. Pero últimamente, si puedo, prefiero tumbarme en el sofá al mediodía con el café (los fines de semana duermo sin despertador), encender la tele y dejarme llevar. Y es que pasadas las doce llega El Hombre. Con mayúsculas, vamos. Enganchadita me tiene. Y eso que hay veces que me da ascos enormes, porque la cantidad de cochinadas que hace no tienen nombre... pero ahí me tiene, toda loca.

Hablo de Bear Grylls, el Último Superviviente. Uf, qué tipo. Reconozco que es atractivo hasta decir basta y también que está un poco loco - enfrentarse a retos peligrosísimos donde te juegas la vida no habla de una mente demasiado bien amueblada- pero no sé, no puedo perderme un segundo de sus experimentos.
Y eso que yo me pregunto... ¿Me veré alguna vez perdida en la estepa siberiana teniendo que pasar una noche a 25 grados bajo cero yo sola? Pues no, seguro que no. ¿Tendré que cruzar un río helado para salvar la vida? Pufff... lo dudo enormemente, con esta vida de urbanita que llevo, vamos. ¿Me veré con la necesidad de despellejar a un oso para utilizar la piel y hacer un trineo? ¿Tendré que matar a una tortuga para no morir de hambre? ¿Tendré que buscar un árbol con liquidillo blanco que lamer para quitarme la fiebre en medio de la selva? Pues no, no y no. Pero cómo me enganchan las aventuras de este guapísimo británico...

Y luego, para rematar, La Leyenda del Buscador. Yo es que siempre he sido muy de brujas y hechizos, y pócimas y hombres malos sedientos de poder... "Embrujadas" me tuvo pendiente muchos episodios. Tres hermanas con poderes y demonios que matar, para qué quería yo más... Así es que ahora los domingos por la tarde se me van detrás de un "Buscador de la verdad" y su "confesora", de aventura en aventura en un mundo de fantasía.

Releyendo el post, la conclusión superficial y divertida es que me encantan:

1- Los tipos locos
2- Las historias irreales

Y claro, ahora lo entiendo... Así me va... así me va...!!

No hay comentarios: