Mucho me está costando a mí esto. Llevo en la misma postura unos 45 minutos. Un algo así. Y ayer repetí escena. Y antesdeayer. El señor del Media Markt jadea a gritos desde la pantalla, y no, no me concentro.
Claro, que esta indecisión es normal. Pretendo abrir una ventanita al mundo para dejar rastro de estos días de mis treintaytantos y ya pongo caras y gestos a cada una de las frases que se me salen de los dedos. ¿Y si escribo alguna burrada y me la lee mi padre? ¿Y si es peor y me suelto y ya no me importan los ojos que se fijen en esto?
No sé, no sé. El control en asuntos de palabras no es lo mío. Me salto todos los límites y se me esfuman las vergüenzas. En fin. Experimento público. A ver qué sale.
jueves, 27 de noviembre de 2008
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1 comentario:
yo al principio me inhibía más, pero con el tiempo te sueltas casi del todo, la inhibición cede con el entusiasmo del blog, los te quieros son moneda corriente en posts y comentarios sin preguntar si hay maridos o no al otro lado, por ponerte un ejemplo
un abrazo y bienvenida
s
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